Científicos del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) participan en un estudio liderado por el investigador Joseba Rios-Garaizar, del Arkeologi Museoa de Bilbao, que se acaba de publicar en la revista PLOS ONE, en el que se han analizado más de 5.000 restos de tecnología chatelperroniense recuperados en el yacimiento de Aranbaltza II (Barrika, Bizkaia) con una antigüedad de 43.500 años, y se concluye la extinción local y reemplazo poblacional de los neandertales antes incluso de la llegada de Homo sapiens a esta región del norte de la península ibérica.
Los neandertales desaparecieron hace unos 40.000 años, pero muchos detalles acerca de su extinción aún resultan difíciles de entender. Para abordar esta situación, este estudio explora los cambios y transformaciones que experimentaron las poblaciones neandertales durante sus últimos milenios de existencia.
En este trabajo se ha podido establecer con claridad que el Chatelperroniense aparece en la región antes de que llegarán los primeros Homo sapiens a la península ibérica. Comparando este yacimiento con otros cercanos atribuidos a neandertales, de tecnología Musteriense, se observa que no hay ninguna semejanza tecnológica con ellos, lo cual sugiere que el Chatelperroniense no es el resultado de una evolución local sino una industria lítica que se desarrolla en otra región, probablemente en el Sur de Francia, y que los neandertales que llegaron a Aranbaltza llevan consigo.
“A partir de estas evidencias proponemos que las poblaciones neandertales con tecnología musteriense desaparecen y son reemplazados por otras poblaciones neandertales con tecnología chatelperroniense. Estos neandertales serán después reemplazados a su vez por los primeros grupos de Homo sapiens que llegan a la península ibérica”, señala Joseba Rios-Garaizar.
Estos patrones de extinción local y reemplazo poblacional pueden ser un importante campo de investigación en el futuro, ya que pudieron haber jugado un papel relevante en el declive y extinción de los neandertales.
Estudio espacial
De manera coordinada, se ha publicado el estudio espacial del yacimiento de Aranbaltza II liderado por Laura Sánchez-Romero, investigadora del Human Evolution Research Center de la Universidad de California en Berkeley en la revista Archaeological and Anthropological Sciences., en el que se abordan los procesos responsables de la formación del yacimiento a través de la aplicación de análisis hotspots (puntos calientes), densidad y patrones de orientación de los materiales arqueológicos en combinación con datos sedimentológicos.
Este trabajo destaca la necesidad de analizar los yacimientos desde una perspectiva geoarqueológica y de organización espacial para conocer los factores que han propiciado la acumulación de materiales antes de hacer suposiciones acerca del comportamiento humano.
Los resultados muestran que los materiales fueron rápidamente enterrados, de forma que quedaron protegidos y así su integridad espacial, permitiendo de esta forma la preservación de las principales zonas de acumulación de restos arqueológicos y por tanto las actividades que se desarrollaron en el yacimiento.
Científicos del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) participan en un estudio liderado por el investigador Joseba Rios-Garaizar, del Arkeologi Museoa de Bilbao, que se acaba de publicar en la revista PLOS ONE, en el que se han analizado más de 5.000 restos de tecnología chatelperroniense recuperados en el yacimiento de Aranbaltza II (Barrika, Bizkaia) con una antigüedad de 43.500 años, y se concluye la extinción local y reemplazo poblacional de los neandertales antes incluso de la llegada de Homo sapiens a esta región del norte de la península ibérica.
Los neandertales desaparecieron hace unos 40.000 años, pero muchos detalles acerca de su extinción aún resultan difíciles de entender. Para abordar esta situación, este estudio explora los cambios y transformaciones que experimentaron las poblaciones neandertales durante sus últimos milenios de existencia.
En este trabajo se ha podido establecer con claridad que el Chatelperroniense aparece en la región antes de que llegarán los primeros Homo sapiens a la península ibérica. Comparando este yacimiento con otros cercanos atribuidos a neandertales, de tecnología Musteriense, se observa que no hay ninguna semejanza tecnológica con ellos, lo cual sugiere que el Chatelperroniense no es el resultado de una evolución local sino una industria lítica que se desarrolla en otra región, probablemente en el Sur de Francia, y que los neandertales que llegaron a Aranbaltza llevan consigo.
“A partir de estas evidencias proponemos que las poblaciones neandertales con tecnología musteriense desaparecen y son reemplazados por otras poblaciones neandertales con tecnología chatelperroniense. Estos neandertales serán después reemplazados a su vez por los primeros grupos de Homo sapiens que llegan a la península ibérica”, señala Joseba Rios-Garaizar.
Estos patrones de extinción local y reemplazo poblacional pueden ser un importante campo de investigación en el futuro, ya que pudieron haber jugado un papel relevante en el declive y extinción de los neandertales.
Estudio espacial
De manera coordinada, se ha publicado el estudio espacial del yacimiento de Aranbaltza II liderado por Laura Sánchez-Romero, investigadora del Human Evolution Research Center de la Universidad de California en Berkeley en la revista Archaeological and Anthropological Sciences., en el que se abordan los procesos responsables de la formación del yacimiento a través de la aplicación de análisis hotspots (puntos calientes), densidad y patrones de orientación de los materiales arqueológicos en combinación con datos sedimentológicos.
Este trabajo destaca la necesidad de analizar los yacimientos desde una perspectiva geoarqueológica y de organización espacial para conocer los factores que han propiciado la acumulación de materiales antes de hacer suposiciones acerca del comportamiento humano.
Los resultados muestran que los materiales fueron rápidamente enterrados, de forma que quedaron protegidos y así su integridad espacial, permitiendo de esta forma la preservación de las principales zonas de acumulación de restos arqueológicos y por tanto las actividades que se desarrollaron en el yacimiento.
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